Flores manchegas de Semana Santa

Esta vez, desde Bienservida, os traemos un postre manchego típico de Semana Santa, hecho en casa al modo tradicional. Aunque esta vez no las hemos nosotros mismos, sino que hemos delegado en las manos expertas de Juli, la madre de Laura.
Como veréis, son muy sencillas de hacer. Sólo hace falta disponer de los moldes, que se pueden encontrar en algunas ferreterías. Los que se utilizaron para esta receta son "los de toda la vida" y han pertenecido a la familia desde generaciones.
Lo siguiente que se necesita es hacer una masa muy sencilla, poner el aceite muy muy caliente y sumergir los moldes constantemente en el aceite para que no pierdan calor.

Otra curiosidad es la presentación. Como podéis ver en la foto, están "al revés" que las que se ven en tiendas o en otras fotografías. Las íbamos a poner así, pero Juli nos echó la bronca. Y es que la vista original es la que aquí os presentamos. De esta manera, las flores parecen flores de verdad y, además, no se cae el azúcar.

Por último, hay quien las hace con leche, sustituyendo un huevo por un vaso de leche. También se puede mezclar canela con el azúcar o incluso recubrirlas con miel.

Esperemos que os gusten y que estéis disfrutando de la Semana Santa.

Flores fritas manchegas
Ingredientes (para una docena)
  • 3 Huevos
  • 250 gr. de Harina
  • 1/2 l. de Agua
  • Una pizca de sal
  • Azúcar
  • Abundante Aceite para freír
    • Tiene que cubrir las flores (y el molde), así que dependiendo de la sartén donde se haga, será necesario más o menos aceite. 
    • Recomendable una sartén u olla que no sea muy grande, pero sí honda.
Elaboración
  1. Preparamos la masa, mezclando los huevos, la harina, el agua y la sal hasta que sea homogénea y sin grumos.
  2. Dejamos la masa unos minutos en el frigorífico para que repose y espese.
  3. Ponemos el aceite al fuego con el molde dentro.
  4. Cuando el aceite y el molde estén bien calientes, mojamos el molde en la masa hasta casi el borde y la freímos
  5. La flor se soltará sola. Si no podemos desprenderla con un tenedor o un cuchillo.
  6. Cuando esté dorada, la escurrimos y la sacamos sobre un papel absorbente y esparcimos azúcar.

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