Cubitos de Sofrito

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Este es un gran truco para los más arroceros. Con estos cubitos de sofrito ahorrarás mucho tiempo en tus arroces y fideuás, pues tendrás todo el trabajo hecho de antemano y luego sólo los tienes que sacar del congelador y usarlos directamente, sin descongelar.

Haciendo este truco, tendrás siempre a mano un buen sofrito, natural, hecho en casa a fuego lento durante muchas horas y con todo el sabor de las verduras que más te gusten.

Además, no solo nos sirve para arroces, sino que lo puedes usar en otras elaboraciones como sopas, estofados, lentejas, gazpachos manchegos, pollo al chilindrón, albóndigas en salsa... 

Cubitos de Sofrito

Ingredientes (4 personas)

Para esta receta, no hay una lista cerrada de ingredientes, sino que usamos las verduras que tengamos por casa, las que más nos gusten o las que más usemos en nuestros sofritos. 

En nuestro caso hemos usado:

  • 1 Cebolla
  • 1 Pimiento verde
  • 1 Pimiento rojo
  • 1 Pimiento amarillo
  • 1 Puerro
  • 1 Cabeza de Ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 o 2 cubiteras para cubitos grandes
Todo ello sin sal o vino, ya que eso lo añadiremos en la elaboración final a la que le añadamos los cubitos.

Elaboración

  1. Picamos todas las verduras en juliana o en daditos
  2. Nos vamos a una olla o sartén con fondo y añadimos un buen chorro de aceite de oliva. Una cantidad generosa como para cubrir el fondo con medio dedo de aceite. 
  3. Calentamos el aceite e incorporamos las verduras.
  4. Las dejamos durante unas 4 horas a fuego bajo, removiendo de vez en cuando y mirando para que no se pegue nada. 
  5. Pasado ese tiempo, dejamos enfriar, nos llevamos el sofrito a un vaso batidor y trituramos con la ayuda de la batidora.
  6. Lo metemos en una manga pastelera. Si no tenemos, podemos improvisar una con la ayuda de una bolsa apta para comida (por ejemplo, una bolsa para sándwiches), cortando una de las puntas. Si tampoco tenemos, no pasa nada, el siguiente paso lo hacemos con un par de cucharillas y con algo más de paciencia. 
  7. Con ayuda de la manga pastelera (o sin ella), vamos rellenando los huecos de la cubitera, intentando que no quede aire dentro del cubito. Presionamos con una cuchara los huecos para dejar los cubitos uniformes y quitar el aire que pudiera quedar.
  8. Nos llevamos la cubitera al congelador
  9. Al día siguiente, ya podemos sacar los cubitos de la cubitera a una bolsa de congelación, que siempre es más práctico

Modo de uso

A la hora de usar los cubitos, no es necesario descongelarlos, sino que directamente los echaremos a la sartén y se irán deshaciendo. Cuántos echar depende del tamaño de los cubitos. Si la cubitera es para cubitos muy grandes puede que baste con uno, si es de un tamaño medio, quizás 2 o 3.

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